Palacio de Exposiciones de Santander
Santander
Gabriel Gallegos Borges
2023-02
El Palacio de Exposiciones de Santander se localiza en la zona marítima enfrentado, en su orientación Norte, a una gran explanada destinada a aparcamiento adyacente al estadio municipal El Sardinero.
En un medio suburbano, disperso, la edificación trata de encontrar su acomodo resolviendo los habituales problemas de orden práctico, planificación funcional y constructiva, sin renunciar a una expresión formal que va a atender tanto a las solicitaciones de su entorno inmediato como también a un contexto más amplio.
La edificación presenta dos cuerpos diferenciados, uno de carácter más neutro, horizontal, y un segundo cuerpo más vertical, representativo, dispuestos en el sentido longitudinal, Norte-Sur, de la parcela. El primero se dispone colindante con el espacio ajardinado de la zona residencial existente en la orientación Este; es un cuerpo de escala ajustada en el que tan solo resalta la cobertura inclinada del Salón de Conferencias y que alberga, además de los accesos al recinto, el programa complementario de las Áreas de Exposición. Éstas se distribuyen en los dos niveles del cuerpo principal que limita al Oeste, mediando un espacio ajardinado, con la Calle Estadio. Es un cuerpo de singular volumetría conferida por los cerramientos verticales y cubierta escalonados que alcanza, en su punto medio, su mayor dimensión vertical, altura que va disminuyendo progresivamente hacia sus extremos Norte y Sur en los que se disponen, respectivamente, la plaza de ingreso público al recinto y un acceso de carácter secundario destinado al personal del Centro.
La plaza de acceso al Palacio de Exposiciones, enfrentada a la explanada de aparcamiento, configura la antesala de recepción al visitante, presidida por un estanque que recoge las aguas de lluvia que discurren por las cubiertas escalonadas. En este escenario el frente del cuerpo principal expresa su dimensión más horizontal subrayada por la coronación de los lucernarios de su cubierta, acomodándose a la escala de la plaza, en la que un pórtico presta cobertura al acceso hacia el vestíbulo interior.
Este es un amplio espacio en el que se percibe la relación transversal entre la plaza de acceso y el parque de la zona residencial, separada mediante una pequeña tapia y un patio ajardinado, al que se vuelcan restaurante, espacio cubierto de expansión, Salón de Actos y Área Administrativa. Desde el vestíbulo un conjunto de rampas procura el acceso a los dos niveles superpuestos que albergan las áreas de exposición.
El nivel inferior es un espacio iluminado a través de un patio inglés, espacio de expansión exterior confinado por el tablestacado metálico de contención; mediante paneles móviles, aptos también como soportes de la propia exposición, el espacio expositivo puede ser compartimentado en distintas salas.
El nivel superior alberga el espacio más representativo, dotado de gran diafanidad e iluminado mediante los lucernarios transversales generados por el escalonamiento de la cubierta, que crean una sala de gran sobriedad, plena de matices, con una transición longitudinal espacial ascendente-descendente que, sin perder la unidad, facilita la posible fragmentación en distintos ámbitos a través de cortinajes dispuestos transversalmente.
En su exterior, la cubierta en cascada que derrama el agua de lluvia en el estanque, los cerramientos verticales y sus entrepaños quebrados se expresan como una singular envolvente que parece desear traspasar el inmediato contexto urbano, hacer extensiva su pertenencia, como metáfora de una pequeña montaña, a una escenografía más amplia: el paisaje de Cantabria.