El Panorámico

Nave en Laguna de Duero

Casa de Recreo La Navilla de Dueñas

Nave en Villanueva de Duero

Casa en Puente Duero

Antiguo Liceo Francés

Base Militar CT-10

Uralita

FEFASA

Despoblado de Vea

Edificio en Santa Ana

Vivero en Simancas

Nave en Simancas

Colonia Infantil General Varela

Cúpula de la Energía

Fábrica de Cerámica «La Tejera»

Estación FFCC El Perdigón

Frizasa

Cárcel Concordatoria (Celda 211)

Granja Avícola

Iglesia en Arca Real

Azucarera Santa Victoria

Fábrica de Harinas «Las Luisas»

Vivienda Granja

Fábrica de Loza San Claudio

Vivienda Agrícola

Casa Indiana

Factoría Nitrastur

Fábrica de Ladrillos Refractarios Viella

Fábrica de Cerámicas Guisasola

Lavadero de Vegamediana

Fábrica de Madera en Viana de Cega

Cebaderos de Ganado en Riego de la Vega

Almacén Estación Navianos de la Vega

Papelera Smurfit

Azucarera Santa Victoria

Sanatorio de Viana

Nave Calle Costa

Algemene Werkplaats van Het Zegel

Piscinas «La Ponderosa»

Granja Avícola

Vivienda en Boecillo

Finca Carretera Valladolid-Soria

Nave Polígono Tuduero

Monasterio Santa María La Real

Industrias Cárnicas «Los Mallos»

Restaurante «Los Álamos»

Fábrica de Harinas «La Confianza»

Castrovita

Poblado TAFISA

Granja Terra

ENSIDESA

Gasolinera en Villanubla

Nave en Urueña

Salto de Castro

Ovosec

Círculo Campestre

Electra Popular Vallisoletana

Cuartel Conde Ansúrez

Nave en Puente Duero

Uralita

Teufelsberg

Fábrica de Muebles Almazán S.A.

Nave en Villanueva de Duero

Lechera en Arca Real

Vivienda Agrícola en Urb. Panorama

Nave en Urb. Panorama

Central Hidroeléctrica

Chalet de Parquesol

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En mi ciudad natal, Valladolid, existía, hasta hace poco, en lo alto de una ladera frente al río Pisuerga, un esqueleto de hormigón que en su día pretendía ser un chalet. Por diversos motivos de índole urbanística nunca llegó a culminarse, hasta que en el año 2016 se procedió a su derribo

En cierta forma lamenté su desaparición. Era un icono local, una especie de escultura brutalista inherente al escenario en el que se implantaba. Siempre es triste presenciar la desaparición de aquellos bienes que forman parte del patrimonio arquitectónico de un lugar.

Era un edificio cuya morfología me fascinaba de una manera especial. Trataba de imaginar cómo sería si se hubiera llegado a finalizar. Paradójicamente más tarde descubrí que era su estado decadente, su nobleza material, su desnudez, aquello que me resultaba tan atractivo.

Durante mucho tiempo tuve la curiosidad de conocer ese lugar en profundidad, hasta que una soleada mañana de domingo, al fin, decidí acercarme hasta allí con mi antigua cámara. En cuanto comencé a recorrer cada rincón de ese lugar sentía que estaba disfrutando de aquella experiencia.

La sensación que experimenté ese día podría describirla como una mezcla de angustia y desasosiego, pero también de emoción y asombro. No era una droga, pero sin duda era adictivo. Ni que decir tiene que no sería ésta mi última visita a lo desconocido.

Tampoco era el primero en hacerlo. Aunque no lo sabía en aquel momento, se trata de una actividad practicada habitualmente que recibe el apelativo de Urbex (Exploración Urbana). Desde entonces se ha convertido en una vía de escape, un modo de aprendizaje y un proyecto personal.