Colegio Apostólico de los Padres Dominicos
Valladolid
Miguel Fisac
2023-05
Durante la década de 1950, Miguel Fisac comienza a investigar en dos sistemas estructurales que serán capitales para el desarrollo posterior de su obra: el ladrillo y el hormigón armado. La limpieza formal que proporcionan estos dos sistemas constructivos aparece como resultado más armónico en el espacio claustral del colegio, cerrado mediante las fachadas de ladrillo de los edificios circundantes, sobre las que se adosan dos galerías de hormigón en los lados sur y este. Los soportes de hormigón, de sección creciente y en forma de un arcaico huesomacizo, van abriéndose en tramos abovedados de baja curvatura en un continuo oleaje visual, de una limpieza formal y una belleza de clara y admitida inspiración nórdica, principios rectores que tendrán continuidad en su obra posterior.
Esta obra se convirtió asimismo en el arranque de una modernidad que pretendía alejarse de la arquitectura encorsetada en tradiciones clasicistas de aquella época autárquica y decimonónica, trayendo y mostrando de modo práctico las referencias a enseñanzas y experiencias internacionales del Movimiento Moderno.
Dos elementos, además de los pórticos del claustro, son los que capitalizan la atención a los valores estéticos de la obra: el espacio de la iglesia y el pequeño estanque y fuente del claustro. Este último resume la poética que aporta Miguel Fisac en sus primeras obras; ese «qué sé yo» que tenía que responder el arquitecto tras los pertinentes ¿para qué? y ¿cómo?
Pero es en la iglesia donde más se sensibiliza la emoción arquitectónica del espectador. En el interior, su espacio ascendente, inspirado en el rito preconciliar, se limita mediante dos muros de ladrillo que convergen hacia el ábside de piedra, curvo y blanco, en el que se ocultan todos los sistemas de iluminación natural. Así es como organiza un espacio continuo y ascendente, creciente de luz blanca en el ábside y coloreada en el trayecto, que aporta un significado místico y mágico al interior.
Daniel Villalobos Alonso.
Fuente: https://www.docomomoiberico.com/